Distintos escenarios. Y nosotros, los actores.
Hombros donde colocar los trastos o amontonamiento de intérpretes en un rincón, prestos a salir al ruedo; parrilla de luces; bambalinas. Distancia del proscenio a la platea.
Cabina. Y nosotros, los actores. Telón de fondo. Pantalla. Proyector para emitir
nuestro video institucional. Operación de sonido y luminotecnia. Equipo
trabajando. Armado y desarmado. Traslados. Foyer. Saludos amables y muchos
eufóricos.
También espacios no convencionales: aulas. A crear
patas con telones ad hoc. A montar la iluminación con nuestros trípodes. A
rediseñar la estructura. Alegría desatada entre el público. Y nosotros, los
actores.
La naturaleza más extrema de TeTeBA se estuvo poniendo
en juego durante estos días, porque logró desenvolverse acomodándose a
distintas circunstancias y frente a diversos niveles de problemáticas a
resolver. Y pudo frente a todo. Pero pudo, decimos, sin correrse un céntimo del
auténtico sentimiento que mueve su tarea y la puesta en devoción de sus
prácticas más sinceras. Hizo el espectáculo sin hesitar, sin amedrentarse ni
apichonarse. Una inextinguible demostración de profesionalidad.
Su vocación consiste en la socialización de la palabra teatral. Mas no frecuentando decires livianos, que harían más fácil la llegada o que permitirían una inclusión sin tropiezos. Nos la tomamos férreamente con lo hacemos: no por ello, claro, somos ni mejores ni peores que nadie; es en razón de ello que nos sumamos al carácter elástico que los clásicos tienen por su excelencia o al rumbo experimental que las nuevas conductas exigen para estar a la altura de la ELECCIÓN que hagamos, y al modo en que la llevamos adelante. Hacemos democracia, no sin un respeto fervoroso por la búsqueda y por la trascendencia de nuestro accionar. Por eso participa todo el que quiere -si está dispuesto, con lo que eso significa. Por eso invitamos a todos.
Y vuelve a quedar demostrado.
Su vocación consiste en la socialización de la palabra teatral. Mas no frecuentando decires livianos, que harían más fácil la llegada o que permitirían una inclusión sin tropiezos. Nos la tomamos férreamente con lo hacemos: no por ello, claro, somos ni mejores ni peores que nadie; es en razón de ello que nos sumamos al carácter elástico que los clásicos tienen por su excelencia o al rumbo experimental que las nuevas conductas exigen para estar a la altura de la ELECCIÓN que hagamos, y al modo en que la llevamos adelante. Hacemos democracia, no sin un respeto fervoroso por la búsqueda y por la trascendencia de nuestro accionar. Por eso participa todo el que quiere -si está dispuesto, con lo que eso significa. Por eso invitamos a todos.
Y vuelve a quedar demostrado.
En esta gira, TeTeBA se exhibió de manera taxativa ante pares: cientos de
alumnos de carreras de formación docente formaron parte de las huestes que
rieron, lagrimearon y aplaudieron a rabiar. Insistiendo en que éste es un foro de participación, aunque al mismo tiempo de quehacer, de esfuerzo y de apetito por embellecer el marco. Y el elenco, incólume. Sin moverse
un tranco de su gala enaltecedora. Con lo aprendido a cuestas y con la magia en
el horizonte para alcanzarla como fuese. E inundado el grupo de una camaradería
y de una solidaridad que son el soporte indestructible de todo acto creativo
colectivo. Eso se recoge en TeTeBA y se torna funcional para con las
herramientas adquiridas y para con el mensaje proyectado. Y es así que tras 20
años de mancomunión, compromiso interpretativo y claridad discursiva,
nosotros, los actores, estamos prontos a continuar.