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El jueves 22 de noviembre de 2012, los alumnos del taller de teatro del Mariano Acosta presentaron la compleja obra de Sartre:
Foto: Gustavo Manzanal |
Afrontar uno
de los textos capitales del Siglo XX es una demostración más de que nuestra
Compañía, conformada mayormente por estudiantes o egresados de Institutos de
Formación Docente, busca en cada una de sus producciones confrontar la
actividad expresiva con el saber, las capacidades técnicas con un alto compromiso
ético y de investigación social, y, en definitiva, corroborar que ninguno somos
ajenos a los grandes temas y es así que por ser grandes y atañernos resultan un
impulso para el esfuerzo de aprendizaje y el denuedo por alcanzar las
herramientas necesarias para estar a su altura en la manifestación.
Sartre terminó la redacción de Le Diable et le
Bon Dieu en 1951, época en la que se
desarrollaba el teatro del absurdo y de la burla (Ionesco, Beckett, Adamov);
presentaba problemas para su representación teatral (principalmente por la
duración de más de cuatro horas) y tenía un carácter escandaloso por la índole
de sus arremetidas contra todos los poderes instituidos.
La acción de la obra se sitúa en Alemania,
durante una insurrección popular que se llamó la ‘Guerra de los campesinos’ y
que tuvo su fase crucial y definitiva en 1524-1525.
Se trata de un "teatro de
situaciones": Mi obra es sobre todo una obra de muchedumbre, los
principales personajes sólo son justificables y comprensibles gracias a las
muchedumbres que animan. Se trata de una búsqueda de la posibilidad de un
teatro político, donde las masas se desempeñen como personajes a efectos de
ofrecer una imagen de la realidad social.
A pesar de la pretensión del propio Sartre de
negar que su obra haya querido tener alcance metafísico o teológico, nos habla
del aislamiento del hombre, y eso es ya tomar un partido: tanto la práctica del
bien como del mal conducen al fracaso y a la soledad. Dice Goetz, su
protagonista: me quedaré con el cielo vacío por encima de mi cabeza, ya que
no tengo otro modo de estar con todos. Hay que hacer esta guerra, y la haré.
Ya es sabido que para Sartre el hombre es pura libertad, o sea, pura nada.
Por ello su otro aserto: "el ser sigue al obrar". Aun quienes
socorren a los demás se buscan a sí mismos en su entrega. Es la negación de
todo valor trascendente: el deseo de lo absoluto tanto en el mal como en el bien resulta
imposible, sólo el compromiso al lado de los hombres ofrece una salida al
absurdo metafísico.
Nuestra Versión reduce el original a hora y media de
representación, sincretiza a las masas actantes y las individualiza en un ir y
venir de personajes omnipresentes que develan la trama, pero que también la
enfrentan: como que tenemos un segundo Goetz, el guerrero, que también
dictamina, o duda, o revierte sus propias aclamaciones; y tenemos un segundo
Heinrich, el párroco, que azuza a la vez o reflexiona para insistir, o muchas
veces se abstiene y conduce a su par a la hesitación y la locura.
Nuevamente, agradecimiento inmenso a este grupo de
jóvenes que toman la tarea de crear no como un privilegio sino casi como una
obligación, como el modo de insertarse en el mundo y ganarse al derecho a
debatir o confabularse con él.
Gustavo
Manzanal, Director
REPARTO:
GOETZ__________________________
NORBERTO ZUCCALÁ
GOETZ
II_________________________GUSTAVO FAVIERI
HEINRICH___________________________MARIO
D’ABATE
HEINRICH
II_____________________ TATIANA VASQUEZ
CATALINA____________________________PAULA
GARCÍA
HILDA
Y CORO__________________ CAROLINA QUINTERO
NASTY___________________________NATACHA
PARDINI
BANQUERO
Y CORO___________________LUCAS PERALTA
FRANTZ
Y CORO____________________SOFÍA BARREIRO
TETZEL
Y CORO_______________CRISTIAN MARTIARENA
LEPROSA
Y CORO_________________CAROLINA CONTURSI
DIRECCIÓN
______________________GUSTAVO MANZANAL
ASISTENCIA
TÉCNICA__________________DIEGO SOLARI
¡Muchas Gracias, Beto Rubinstein!