viernes, 27 de noviembre de 2020

Mi despedida carece de importancia.

 

He admitido en diversas ocasiones que el hecho de haber creado una especie de Teatro Universitario en el nivel Terciario de esta ciudad fue mera coincidencia. Más se debió a la prepotencia de estudiantes ávidos de encontrar un espacio para expresarse y llegar a los demás, dispuestos a munirse de los instrumentos adecuados para llegar a eso. Y claro, también conforme a mi experiencia como integrante unos años de lo que fuera el único Teatro de la Universidad de Buenos Aires.

Me llega la jubilación y sabemos que las cabriolas burocráticas de la administración educativa impiden seguir ejerciendo (aunque más no sea con un contrato honorífico). Y eso tampoco importa: como dijera Ralph Emerson, ‘no hay mejor vínculo que aquel que enseña a desvincularse’, lo que vale también para esta entidad que dirigí durante los 25 años de su existencia, pues afortunadamente muchos de los que participaron han adquirido las herramientas como para conducir la experiencia a su vez. Especialmente Diego Solari, el tetebano con más años ininterrumpidos de presencia, como actor, director, realizador, y que sin embargo no puede ser nombrado sin someterse a una selección de antecedentes que a la vista de lo transcurrido resulta injusta e improcedente. Pero es lo que cuadra. Y hasta que las autoridades del Joaquín no hallen la vía, ante la no presencialidad reinante en los Institutos, de hacer el tal bendito llamado, esa cátedra de ‘Técnicas para el ejercicio del rol docente’, de la cual provino toda la aventura, seguirá vacante, en las arcas del Gobierno de la Ciudad, dejando al desnudo un desinterés institucional y gubernamental frente a la imperiosa gestión para que no se desmorone una actividad que tanto ha ofrecido.

En cuanto a eso, me marcho conforme: no soy de los que piensan que pudimos hacer más. Claro que si hubiésemos contado con las condiciones adecuadas (mayor tiempo, mayor privacidad de los espacios, mejor entendimiento de la comunidad educativa en gral. de lo productiva que puede llegar a ser la tarea teatral en la órbita de lo pedagógico, algún apoyo financiero, etc.) el crecimiento pudo haber sido más notable. Pero pasaron miles de jóvenes (y no tanto) que aprendieron, se comportaron excelentemente y cuando se despidieron lo hicieron con la gratitud y el entusiasmo por el marco creativo del que de alguna manera (la que eligieron) llegaron a disfrutar.

Desde el punto de vista estético creo que, sin intenciones de compararnos con ningún grupo establecido y menos intentar competir en el terreno profesional, hemos cimentado un discurso bastante homogéneo: materiales de alta complejidad, textos de difícil factura, situaciones de intertextualidad marcada (haciendo que para cada montaje se afrontaran otras  cinco, ocho, doce variables argumentales y expresivas); desde la actuación, podemos asegurar que los más persistentes (ya actrices y actores en todo su funcionamiento escénico) han comprendido taxativamente cómo se construye un espectáculo, cuáles deben ser las líneas del periplo personal que a cada uno le corresponde y los mecanismos emocionales e inteligentes que habrán de guiarlos en la construcción de su papel. También han alcanzado un altísimo grado de solidaridad, de valoración de la tarea colectiva (sin un atisbo de vedetismo o figuración) y una noción esmerada de cuánto es preciso aportar en la tarea concreta para que los distintos lenguajes que conviven en el hecho dramático no queden a medias o fuera de foco respecto de la totalidad. Han respetado y se han respetado. Han sabido dejarse conducir pero han estado proponiendo desde sus actitudes y desde sus alcances durante todos los procesos. Han contribuido a la armonía, a la convivencia:  así, han sabido que el hacer teatro da felicidad, pero no por ser parte simplemente de un divertimento o esparcimiento fugaz, sino por atenerse a la severidad y a la seriedad que fluye de los accionares compartidos. Participaron, cada uno a su manera y sin que se los forzara, de un intento de comprensión mayor del mundo (el mundo grande y el que está más cerca, uno mismo) y se han establecido como seres atravesados por aquello mismo que los empujó a comprometerse con los intereses generales y los deseos particulares.

Mi despedida podría llegar a ser relativa si alguien que formara parte de la experiencia tetebana quedase a cargo de la misma: no tengo ningún problema de seguir haciendo mi aporte de manera voluntaria, gratuitamente, ad honorem, como suele decirse. Sólo exigiría a cambio que, aun prestos a mejorar todo lo que sea dable, no cambiemos de caballo a mitad del río, no modifiquemos los estamentos naturales sobre los que edificamos nuestra razón de ser, no equivoquemos el rumbo llevando a una compañía que viene de producir casi medio centenar de eventos, de girar, de filmar, de confeccionar libros, libretos y músicas originales, etc., a un mero taller teatral o de incierta formación profesional. Hemos sido escuela, pero también Teatro de Repertorio (haciendo convivir dos y hasta alguna vez tres obras al mismo tiempo): no renunciemos a nuestra funciones abiertas a todo público, no cejemos en la convicción de sentirnos partes del mundillo cultural de esta ciudad, haciéndonos escuchar, difundiendo nuestros proyectos y concreciones, integrándonos cada vez más entre nosotros no de manera sectaria pero si abrazados a ideales, a modos de trabajo y a obligaciones placenteras de ser asumidas.

Por todo, mi despedida es lo de menos.

Manzanal


COMENTARIOS EN CADENA (y alguna fotito)

Alistamos algunos de los que hemos recibido principalmente a través de las redes. No constituyen Críticas en el sentido profesional que se conoce, por eso nos pareció más llevadero no rotularlas con los nombres de los autores de cada frase sino agrupándolos como un fluir de conciencias que han compartido con nosotros esta nueva y dichosa experiencia.


Excelente obra…


Excelente la obra, los actores, la dirección, una vez más demuestran la calidad y la seriedad con la que cada uno pone todo de sí…

¡¡¡Estoy viendo, en éxtasis!!! ¡¡¡Qué bien que quedó todo!!! Y las actuaciones impecables…


¡Extraordinario trabajo! El prestigio y la calidad artística de TeTeBA no reconoce pandemias…


Son muchos los años siguiendo y participando de sus espectáculos y TeTeBA me sorprende gratamente, una vez más. Demuestran que, aunque la presencialidad en el teatro es necesaria, se puede hacer, manteniendo la teatralidad y el sentido que solo quien transitó un escenario conoce en profundidad. Brindo por muchos años más de TeTeBA, en la forma que sea y les abrazo. ¡Gracias siempre!...


¡¡¡Excelente!!! Muy buen trabajo…


Una grata sorpresa el espectáculo de Teteba como todos los años. ¡Excelente! ¡Felicitaciones por adaptarse y superarse!...



¡Excelente trabajo! Se puede ver la dedicación y el esfuerzo de todo el equipo. Como siempre, muy gratas las propuestas de Te.Te.BA




Felicitaciones, chicos, precioso…


Excelente puesta… 


¡Me asombró! ¡Los monólogos y los diálogos te crean un clima de misterio y desesperación! ¡¡¡Los videos, los efectos y la música están conectados!!! ¡Las actuaciones, claras y sorprendentes! ¡¡¡GRAN LOGRO!!! ¡¡¡FELICITACIONES!!!...


¡Muy buen trabajo!...



Soberbia interpretación  Por momentos, parecían enajenados en ese caos cósmico…. el reto: encontrar los intersticios entre las historias y muy desafiante este tipo de obras para esta propuesta virtual. ¡Aguante Teteba!...


Qué hermoso trabajo realizaron, cómo supieron "encontrar la vuelta" para crear arte en estos tiempos de pandemia. Me gustó mucho todo... 



Excelentes, como cada obra…


Los últimos:

La maravillosa creatividad de siempre para una muestra del trabajo integral que vienen haciendo en este escenario de pandemia. Un gran trabajo,  y se notó... La dedicación de cada uno,  la edición, la elección de la música y los textos, los paisajes... ¡¡¡único!!! ¡¡¡Un espectáculo único!!!

El director, Gustavo Manzanal desde sus comienzos y Diego Solari vinculándose hace unos años como sub director (con un destino promisorio) supieron engarzar palmarés de éxitos sin descanso, sin abreviar, con tenacidad y expertis . Hoy de la mano de Ray Bradbury, se lanzaron junto a un grupo de actores y actrices, al desafío de proyectar una provocación a la coyuntura que nos irrumpe con violencia. Humanas, una ofrenda, un paisaje sonoro y visual, por mor a su público entusiasta. Juegos de rostros, máscaras y capuchas; imágenes sicodélicas, ensoñadas y algunas que remiten al surrealismo de Buñuel; la música original, sin duda, resultado de un compromiso con ese concepto de lo fantástico, del terror y de la ciencia ficción que prima en el escritor estadounidense; las magníficas melodías seleccionadas, fundamentalmente la de Philip Glass (memento de obras pasadas) transporta, realza y da testimonio con la voz de sus notas. Hoy presenciamos y precisamos esta gala…

Muy bien integradas las imágenes, la animación con los actores. Pudieron hacer teatro a pesar de la imposibilidad de reunirse

TeTeBA fue, es y seguirá siendo, un hilo conductor y un sostén para quienes participamos de sus encuentros y de sus espectáculos.

Lo cotidiano en el espejo de lo extraño....o lo siniestro. O el espejo de lo cotidiano recordándonos que lo normal no se parece a eso que estamos seguro se parece. Gracias TETEBA por este fragmento de las existencias.

Ver Ilustraciones Humanas fue un viaje. Cuidada iluminación en cada vídeo, prolijo elenco, puntillismo en la edición -felicitaciones a los 3 editores!
Los textos se potencian en contexto 2020, excelente adaptación, por momentos sentí releer a Bradbury después de mucho tiempo, un placer.
Felicidades por los 25 años de TeTeBA, monumental laburo, y espero ver presencialmente ¡¡¡el espectáculo 48!!!

Felicitaciones Teteba por esta excelente obra ¨Ilustraciones humanas¨: es un viaje de emociones, imágenes, palabras, y sensaciones. Excelente actuación de todos. Muy creativa la propuesta, la disfruté mucho. 


DESPEDIDA DEL ACIAGO 2020

Como se ve (abriendo nuestra solapa de Videos), hemos ESTRENADO nuestro espectáculo N° 47 aun en pandemia: ILUSTRACIONES HUMANAS (en base a tres relatos de Ray Bradbury), de manera ON LINE.

Estamos orgullosos y felices por ello y por sus repercusiones, pero también nos inunda un gusto agridulce.

Por un lado, no llegamos a la etapa presencial del ciclo lectivo en los Terciarios, que tanto ansiábamos, razón por la cual no pudimos concretar nuestro proyecto ‘REVERSIONES’ (anunciado en este blog oportunamente). Y para que no caiga en vacío nuestro merecido festejo por haber cumplido en 2020 los 25 años de actividad ininterrumpida, hemos subido una antología de fgts. de espectáculos realizados durante la última década.

Por el otro, con motivo del beneficio jubilatorio para nuestro director Gustavo Manzanal, podríamos decir que en este momento TeTeBA está acéfalo, sin conducción y fuera del sistema educativo (en cuyo seno nació y desde el cual se erigió vinculándolo con la teatralidad como nunca se había implementado en el nivel). Nadie ha sido nombrado en su lugar (creemos que inobjetablemente tal nombramiento debiera recaer sobre Diego Solari, que se ha desempeñado con excelencia como subdirector los últimos nueve años), ya que las horas cátedra con que se solventa la entidad (horas provenientes de la disciplina TÉCNICAS TEATRALES PARA EL EJERCICIO DEL ROL DOCENTE y de un TALLER TEATRAL anexo) no se han llamado a cubrir.

Abogamos porque en un futuro cercano (si no inmediato) se pueda salvar esta deficiencia e injusticia para con un emprendimiento que ha pagado con creces su función social, artística y pedagógica en el ámbito de la Enseñanza Superior de esta ciudad.

Gracias y nos despedimos hasta el que, esperamos, sea un ciclo renovado, renormalizado y valorizado como es dable y justo.